Todos somos protagonistas: Sobre la investigación-acción participativa, las redes campesinas y el triunfo del biochar en Cuba
¿Gertrudis Pentón Fernández, por qué el biochar es ya tan conocido y está tan extendido en Cuba, mucho más que en otras partes del mundo?
En Cuba existen dos factores muy importantes para apoyar las practicas con biochar en el contexto agroecológico: Se trata por un lado de la cultura agrícola adquirida – es decir, las nuevas formas y culturas de la agricultura familiar y agricultura urbana y suburbana – y, por otro, de la falta de insumos agrícolas, incluidos los fertilizantes, causada por el bloqueo durante décadas.
Además, los sistemas silvopastoriles (arboles y pasturas en asociación), las arbóreas forrajeras y las plantaciones bioenergéticas y forestales, manejadas con un enfoque sistémico, han sido muy promovidas durante algún tiempo en el sector agropecuario cubano. Conjuntamente con el aroma y el marabú – dos plantas arvenses y la última también invasora – la biomasa generada de las podas de mantenimiento en las plantaciones es la base del biochar en Cuba.
Pregunta herética: ¿El éxito del biochar en Cuba sería menor sin bloqueo?
Sin bloqueo, probablemente no hubiésemos logrado tanto en este ámbito, aunque continúa limitando porque es cada vez más incisivo. Somos una isla con insuficientes recursos naturales que garanticen los insumos necesarios.
El bloqueo económico constituye un obstáculo al desarrollo; pero se convirtió también en una oportunidad para el reconocimiento de la agroecología como opción de supervivencia en los inicios, y como un modo de hacer para garantizar autosuficiencia y soberanía.
Foto 1: La biomasa generada de las podas de mantenimiento en las plantaciones conjunto con las plantas aroma y marabú es…(Todas las fotas: Gertrudis Pentón Fernández).
El hecho de que las técnicas agroecológicas estuvieran ya extendidas facilitó la introducción del biochar en Cuba. ¿Cómo llegó la agroecología a Cuba?
«El movimiento agroecológico de campesino a campesino» ayudó en gran medida a introducir técnicas y concepciones agroecológicas en Cuba. Liderado en Cuba desde los años 1990 hasta finales de la década del 2000 por la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños.
Así, el enfoque político pasó de la agricultura convencional vs. agroecología como plan B a la agroecología como Plan A.
«El bloqueo económico constituye un obstáculo al desarrollo; pero se convirtió también en una oportunidad para el reconocimiento de la agroecología como opción de supervivencia en los inicios, y como un modo de hacer para garantizar autosuficiencia y soberanía.»
¿El método “De campesino a campesino» funcionó para la difusión de nuevas ideas?
Ha resultado muy eficaz en nuestra isla. Aprovechamos deliberadamente el contacto con los y las campesinos que utilizan mucha información y están en contacto con muchos colegas. El movimiento de campesino a campesino proporciona a las y los campesinas oportunidades para el desarrollo a través de la capacitación. Para comprender los contextos y procesos de innovación, se realizan investigaciones e intercambios sobre las prácticas agrícolas. Para ello, se llevan diarios de campo.
Hasta hoy se han capacitado 655 personas provenientes de varias provincias cubanas en la técnica del biochar. Algunos de ellos ya usan ahora su propio horno de biochar artesanal. A través de esto intercambio los y las campesinos pueden modificar y transformar los propios conocimientos para desarrollar una agricultura local en acuerdo con las exigencias y las posibilidades propias y del propio ambiente.
Foto 2: …el principal componente del biochar cubano.
La Estación Experimental de Pastos y Forrajes Indio Hatuey (EEPFIH) celebra este año su 60º aniversario. Era el primer centro científico agropecuario fundado por Fidel Castro. Por favor, cuéntenos algo sobre su institución.
Nuestro principal objetivo ha sido tradicionalmente la investigación, el diseño y el desarrollo de sistemas de producción, especialmente los agroforestales ganaderos lo que cambió el concepto de pastizal pues se incluye el árbol. Tienen muchas ventajas ecológicas sobre los sistemas de pastoreo al aire libre: Mayor biodiversidad, reducción de la erosión del suelo y protección contra los extremos climáticos.
Desde los años 1990, nuestra misión es promover el enfoque sistémico y contribuir al desarrollo local sostenible mediante modelos de producción agroecológica. Para ello, naturalmente, tenemos en cuenta los resultados obtenidos en sistemas agroforestales. Tres premisas nos guían en la extensión agrícola y el desarrollo rural: 1) Desaprender los métodos y modelos convencionales, 2) «Cambiar a las personas que cambian las cosas», es decir, educar en conocimientos, habilidades y valores y 3) crear el conocimiento allí donde se insume.
«Aprovechamos deliberadamente el contacto con los y las campesinos que utilizan mucha información y están en contacto con muchos colegas.»
¿Qué aspecto tiene su trabajo?
Nuestro quehacer transita por procesos de investigación participativa, sensibilización, comunicación y gestión del conocimiento. No puede hacerlo solo en oficinas y laboratorios porque la seguridad alimentaria depende del desarrollo local. Por tanto el productor tiene directamente nuestro acompañamiento.
Qué es la investigación participativa?
El uso de métodos participativos está muy extendido en la sociedad cubana. Investigación-acción participativa significa que todos los actores implicados trabajan juntos. Mi opinión como académica no tiene más peso que la de una campesina. La investigación-acción participativa involucra tanto a los y las investigadores, los y las profesoras de escuelas y universidades, estudiantes de diversas disciplinas, los y las campesinos, productoras, decisores y expertas de comunicación. Se forman equipos mixtos creando comunidades y ciclos de aprendizaje. Los actores locales evalúan la investigación, los talentos locales participan en la generación de conocimientos. Los investigadores agrícolas participan en las publicaciones como coautores, y todas las partes interesadas tienen acceso a los resultados.
«Mi opinión como académica no tiene más peso que la de una campesina.»
Lo más importante es el respeto al conocimiento de todos los participantes, sin distinción por el origen o el nivel académico o cultural. Todos somos protagonistas y todos nos acompañamos mutuamente en el proceso de aprendizajes de lecciones. Se trata de diseñar, en forma participativa, una visión holística, definida por la propia identidad local del etnoecosistema concreto y se tiene en cuenta el conocimiento de la población local.
Esto nos da buenos resultados y al mismo tiempo da promocion al biochar. Porque los hombres llevan la información más allá en su entorno.
Foto 3:El colectivo se escribe en grande en Cuba: «Todos somos protagonistas y todos nos acompañamos mutuamente en el proceso de aprendizajes de lecciones.»
Qué papel juegan los medios de comunicación en la promoción de biochar?
Siempre hay reportajes de las televisiones locales en todo el país sobre las explotaciones agroecológicas y sus experiencias. Los vídeos se comparten en Facebook y Whatsapp. Recientemente, un canal de televisión de nuestra región mostró cómo unos y unas alumnos visitan un huerto agroecológico y aprenden sobre el biochar.
Las posibilidades de divulgación en Cuba son amplias. Sin embargo, aún nos queda por hacer en pos de eliminar las ataduras que han significado por años: Son el burocratismo, la centralización y la politización de todos los procesos. En cambio, en los últimos tiempos la sociedad cubana avanza hacia una visión más holística de todos los fenómenos, priorizar la aplicación de la ciencia y la innovación tecnológica. Lo que incluye el vínculo de centros científicos tanto con empresas estatales, cómo empresas privadas, cooperativas y pequeños agricultores.
«Cuba es rico por el uso de símbolos que invitan al optimismo y a superar las dificultades.»
Es el biochar especialmente interesante para las pequeñas fincas? Alrededor del 70% de las tierras agrícolas en Cuba son cultivadas por cooperativas.
El público al que hemos podido llegar a través del proyecto en los últimos cuatro años ha sido diverso. Por un lado, las personas procedían de universidades e institutos de investigación agropecuario. Por otra parte, asistieron a nos talleres representantes de las explotaciones familiares y de los huertos para autoconsumo, delegaciones agrícolas de las administraciones municipales o miembros de las unidades de crianza animal. También participaron varias cooperativas agropecuarias CCS. Pero nuestro impacto en fincas de productores independientes fue claramente el mayor.
Cuba tiene una tradición de solidaridad internacional. ¿Se aplica también al biochar?
La solidaridad es una de las mejores virtudes humanas. El año pasado, una estudiante de Angola realizó su tesis de diploma en agronomía con nosotros sobre el tema “Biochar cómo restauración del suelo”. Estudiantes de Europa a menudo participan en nuestros cursos.
También estamos gestionandos una red latinoamericana y caribeña de Biochar. Aúna esfuerzos para un mayor reconocimiento de esta práctica en la agricultura sostenible en toda la región. Debemos el impulso de esta iniciativa a Hans-Peter Schmidt, del instituto Ithaka. La iniciativa es joven, pero el interés de Brasil, Ecuador, Perú, Panamá, Costa Rica, Colombia, México y la República Dominicana ya es fuerte.
Foto 4: Gertrudis Pentón Fernández modera un intercambio de experiencias entre campesinos y campesinas sobre agroecología y biochar.
En su página de Facebook BIOCHAR-Cuba he leído varias veces la exclamación «Vamos por más!». ¿De qué se trata?
Las y los cubanas somos inclinados al uso de frases populares estimulantes y alegres. Nuestro país es rico por el uso de símbolos que invitan al optimismo y a superar las dificultades. La comunicación oficial también se basa en gran medida en el uso de estos símbolos y se apropia de las expresiones populares. En momentos difíciles con pandemias, escases, y cambios del clima, decimos: «No se pueden tener las piernas flojas, hay que seguir adelante.»
Biochar: tecnología clave para una agricultura climáticamente positiva
El biochar tiene muchas propiedades positivas para el clima, los suelos y la agricultura. Se obtiene por pirólisis, que es un proceso de descomposición de sustancias a altas temperaturas pero sin oxígeno. En este proceso, los sólidos orgánicos, como la madera, el orujo de la caña de azúcar, la cáscara de arroz o incluso las algas, se calientan a una temperatura de entre 400 y 800 °C. La ausencia de oxígeno impide la combustión, de modo que las sustancias se transforman por el calor pero no se liberan al medio ambiente. En lugar de devolverlo a la atmósfera en forma de CO2(del que la planta lo obtuvo en su día a través de la fotosíntesis), el carbono permanece firmemente ligado al carbono de la planta. Si este material se incorpora a los suelos, las tierras agrícolas pueden convertirse en sumideros de carbono. El comercio de certificados de CO2puede ser rentable no sólo desde el punto de vista climático, sino también financiero.
El biochar en sí no es un fertilizante, pero su superficie porosa lo convierte en un portador ideal de nutrientes líquidos (procedentes del ganado, por ejemplo) o en un hábitat para los microorganismos. Su alto potencial de almacenamiento de agua hace que los suelos sean menos susceptibles a la erosión y a la sequía. Promueve los organismos del suelo, la acumulación de humus y el crecimiento de las raíces. Como lecho en los establos, inhibe la formación de amoníaco y metano. La pirólisis también produce biogás, que puede utilizarse para una movilidad respetuosa con el clima.
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Sources
Autora:
Iris Staubesand
Proyecto:
Bio-C (Re-cycling of biomass nutrients and carbon for advanced organic fertilization in an eco-smart and climate positive agriculture on Cuba)
Versión alemán de este artículo aquí.